Telescopios en La Tangente -un viaje por otros sentidos-
Noche de sábado bajo el cielo estrellado de La Tangente, Cruz H subía al escenario para romper el hielo acompañado de su banda. Para dar comienzo sonaba “Mantra” de su disco H (2017). Juntos denotan un estilo más bien minimalista, donde las teclas y synthes son protagonistas junto con la voz ahumada de Cruz.
Con su estilo Funky, con las teclas sonando acompañadas por el riffeado de la guitarra, todos se animaban a empezar a bailar un poquito con “Policia” de 1915 banda que mantiene en paralelo con algunos de los músicos que lo acompañaban esta noche. Como expresaron, no tienen lista de temas pre-armada por lo que van improvisando y sintiendo qué tema les pide cada momento; por lo que entre uno y otro hay un breve intercambio entre los integrantes para acordar el siguiente.
Y lo que seguía era un nuevo single que nos presentaron, no disponible todavía pero que describieron como un tema de lenguaje inclusivo... lo que denota que la coyuntura actual impregna todos los ámbitos, llegando a tener incluido en las letras un nuevo lenguaje que está a la altura de los tiempos que corren. Para cerrar, llegaban “Celesta”, “Prisma” (1915) y, por último, “203”. Lo que esta banda nos deja es que lo simple puede, a la vez, ser complejo: una batería electrónica, un teclado, una guitarra que rompió cuerda y se reemplaza fácilmente por otra, y una dulce voz cantándole a todes, alcanza para mostrar muy bien su arte al mundo y su original estilo.
Mientras los presentes se pedían algo para tomar en el bar bajo las luces azules, se preparaba para salir la banda principal.
Cerca de las 22:30 salía a escena Telescopios, íntegramente vestidos de negro tomaron sus instrumentos para darle vida a “Androides”. Lo que caracteriza el show que dan es el manejo de la iluminación, la cual no está focalizada en los músicos sino en el contexto. Las luces giraban alrededor de ellos, pero nunca sobre ellos, lo que hacía que parecieran sombras bailando en una noche estrellada. Cada tema era como un cuadro. Cada cual tenía un color asignado, así “Verano” era de color rojo como un atardecer de telón que al final parece fuego; “Viña del mar” turquesa y violeta como Sullivan de Monsters inc. y “Año nuevo” que era naranja para finalizar en un amarillo como el sol tenue, o lo que a uno se le venga la mente con cada pigmentación.
La noche seguía con “La partícula de Dios”, “Las prioridades” y “El Famoso” de su disco Doble de Riesgo editado este año, dándole cierre a la seguidilla de temas de este material con “Tus amigos de la CIA”.
Da la sensación de que no hay un público marcado para esta banda, es más bien heterogéneo donde cada uno baila a su propio ritmo y está en su propio mambo, pero al son de las mismas melodías. Mientras también, se proyectaban en ellos los colores, que lejos de quedarse solo en el escenario, transitaban todo el lugar.
Para cerrar eligieron su trabajo anterior El Templo Sudoku (2015), de allí se desprendieron “Ciudad de Tampa” y “Gimnasia”, tema esperado ya que no lo tocaban hace un tiempo y, para coronar la noche, luego de que el público arengara pidiendo una vez, sonó “La Niña”.
La banda cordobesa de voz robótica y recursos electrónicos que van del rock al pop al funk, se posiciona en un ir y venir de luces envolventes, no puntuales y un humo que acobija. Es como un antes la música que el intérprete, casi un teatro ciego donde juega más el oído que la vista y se corre el eje, dándole paso a la original experimentación de otros sentidos.
Fotos por Lautaro Maciel.
