El sueño que se vuelve realidad
Si me pongo a analizar el camino recorrido que tengo sobre las bandas que me gustan, sin lugar a dudas todo me lleva a un sólo comienzo… Ese comienzo creo que es compartido por muchas personas y es popularmente conocido como Los Piojos. No recuerdo cómo es que una banda de rock me abrió las puertas a este hermoso mundo pero sí recuerdo a la persona que me hizo escucharlos una vez, cuando todavía era una niña de primaria, y estoy segura de que la huella que dejó en mi vida no podrá ser borrada con nada…
Pensando en todas estas cosas, me acerqué el pasado viernes 6 de abril a The Roxy Live! - La Viola Bar con una mezcla de emociones que no soy capaz de ponerla en palabras. Algo que comunmente me pasa cuando acudo a un evento relacionado a aquella legendaria banda que sigue dando tanto para hablar. La cita para esa noche tenía nombre y se llamaba La Que Faltaba, banda integrada por Miguel Ángel "Micky" Rodríguez (bajo y voz), Rómulo Arnoldi (guitarra), Misquiel Díaz (guitarra), Pablo Ríos (batería) y Pancho Miranda (percusión y guitarra). Estaba segura de que ni el diluvio que había sido la escena de toda aquella tarde podía ponerle un freno a lo que estábamos a punto de vivir.
A la hora pautada, el telón rojo se corrió para mostrar a los integrantes y con los primeros acordes de “Bla bla bla”, La Que Faltaba, continuando con la presentación de su segundo disco Los Mares de la Luna, empezó a calentar las tablas y las gargantas del público presente. Al grito de 'Ilumina y deja ver toda mi locura', “ADM (Ay Dios Mío)” marcó el ritmo de todos los presentes y esa locura se vio consolidada cuando “María y José” dijeron presente en el show y una “Luz de marfil” iluminó los rostros de todos los que estábamos allí reunidos.
“Venecia a pie” y su inconfundible grito de '¡búsquenme!' llevó a que todo el público no parara de bailar y seguida de “Es la realidad” proclamando que 'el tiempo es ahora, hoy no más, todo depende de vos' me hizo comprender en ese preciso momento que el disfrutar del ahora y vivir en libertad aquella noche iba a depender pura y exclusivamente de nosotros. Menos mal que hice caso a aquella hermosa canción y me pude empezar a perder entre las notas de “Fantasma”.
Paseando por la “Esquina libertad” el público explotó en un pogo que ya era imposible de aguantarse y menos mal que pasó eso porque el dúo que continuó cuándo doblamos esa esquina, dejó a varios perdidos entre abrazos, algunas lágrimas y muchas sonrisas iluminadas… “Corazón” y “Fijate” nos destruyeron y nos recompusieron casi al instante. Por eso, casi por obligación, “Otra vez” tenía que ser la encargada de subir el carro en esa montaña rusa emocional que estábamos viviendo.
'Nace un hechizo y congela el reloj' anuncia la letra de “Negrita” y era justamente lo que estaba sucediendo en ese momento dentro del Roxy. Parecía que nos encontrábamos en un bucle temporal donde encontrábamos gustosos de estar.
Inconscientemente, sabíamos que cada vez faltaba menos para terminar el show pero creíamos que ese momento no llegaría jamás. 'A dónde sea, negra querida ¡La Que Faltaba, toda la vida!' cantó el público para que, luego, recordemos juntos que siempre “Todo pasa” pero que es bueno “Volver a tu luz”.
Perdón si peco de ser poco objetiva pero creo que lo que sucedió a continuación nos dejó a muchos de los presentes con un quilombo emocional que todavía es difícil de arreglar. Micky Rodríguez invitó al escenario a Andrés Ciro Martínez y el público lo recibió con una catarata de aplausos que parecían no acabar jamás. Los reconocidos acordes de la armónica hicieron que todos rujamos en un solo grito y “Tan solo” provocó que los pocos rezagados que quedaban en el fondo soltaran sus cervezas y se unieran junto a los de adelante. El pogo ya era uno solo.
“El balneario de los doctores crotos” y “Muevelo” continuaron el setlist entre rondas, sonrisas, abrazos y gritos. El público emanaba felicidad por donde lo vieras y puedo asegurar que eso era solo un fiel reflejo de lo que se vivía sobre el escenario…
Hay una frase que me gustó desde la primera vez que la escuché; es de esas frases que van mutando el significado a medida que transcurre mi vida y aquella noche la resignifiqué completamente desde que se corrió el rojo telón. Sentirnos y sabernos como fantasmas peleándole al viento era lo que me generaba el darme el lujo de vivir un pogo una vez más. Dejar todo ahí y que no importe mucho lo demás. En eso me encontraba pensando cuándo llegó el momento de “Cruel” y todos supimos que el final del show estaba al alcance de nuestras manos.
Como no podía ser de otra forma, todo el Roxy aclamó por una última canción y “Como Alí” fue la encargada de ponerle un punto final al espectáculo que presenciamos aquel viernes a la noche. La marea de gente no perdió tiempo en abrir una gran ronda y todos saltamos siendo uno solo, reconociendo que el recital había superado las expectativas de todos los presentes.
Dijimos todos hasta luego, esperado con ansias la próxima fecha de esta hermosa banda y, sin poder detectar un solo sentimiento en el enrollo que tenía dentro mío, volví a mi casa con una sola certeza. Aquella certeza era (y es) que esta era La Que Faltaba: 'estar viviendo el sueño, es la realidad'.