LA PERRA QUE LOS PARIÓ de caravana por San Telmo
Afortunadamente existen esos lugares en donde uno logra reencontrarse (o en su defecto encontrarse) con uno mismo. Con su mejor versión. Con aquella que cree desconocer hasta que se hace presente inesperadamente. Seguro la gran mayoría piense que uno vive todos los días de igual manera, con el mismo disfraz y la misma intensidad. Me animo a afirmar que sólo podemos llegar a conocer -y mostrar- nuestro ser más puro y real, en dos circunstancias. Una de ellas es cuando se asoma una sonrisa gigante que nos queda súper pintadita.
Nos llegamos a sentir tan bien con nosotros mismos y con el de al lado, que hasta creemos no precisar nada más que ese instante. Ese abrazo, esa caricia, ese gesto. Ese momento fugaz y efímero que se convierte en un segundo -sin querer queriendo- en la más bonita eternidad. Sí, eternidad. Hasta suena irracional que alguien crea que algo de "eso" exista. Pero, poniendo las manos en el fuego, a veces está ahí y te hace saberlo. Te hace sentir cómoda y feliz. Te abraza. Pero, como dije anteriormente, hay otra circunstancia en donde también mostramos esa parte humana y real de nosotros... claramente cuando estamos tristes. Cuando lloramos, y no sólo de tristeza. Cuando los sentimientos brotan en plena sequía y ni siquiera nos dan tiempo a avivarnos. Como cuando estás viendo alguna película interesante por primera vez y se viene una escena totalmente inesperada. Medio que te quedas recalculando y se te estremece todo. Así nos manejamos. Así vivimos. Entre encuentros y desencuentros con nosotros mismos.
El sábado 3 de Marzo, La Perra que los Parió se presentó en La Trastienda Samsung, y fue ahí, donde pude toparme con todo lo anteriormente mencionado.
La noche estaba totalmente hermosa y el cielo nos acompañaba a dar unas vueltas por San Telmo, un rato antes de que el gran show comience. Desde afuera se sentía un clima totalmente festivo, y estoy segurísima de que hasta el más tranquilo, se iba contagiando de a poquito.
Con una gran puesta de luces, y con el objetivo de deslumbrarnos con cada cosa en especial, se asomó un 'Brujo' que nos anticipó el comienzo de la gran primera caravana. Fue así como los acordes de “HDP” le dieron un inicio a esta noche que sería inolvidable.
Algunos clásicos como “Para seguir” y “Ni Tan Pronto” se hicieron escuchar más fuertes que nunca, con muchas chicas arriba de los hombros de sus amigos, bancando todo este agite y siendo participes de un disfrute constante. Como el rock, además de ser compromiso (como diría La Caverna) es también compañerismo, con este último tema mencionado, el telón para los chicos de La Perra que los Parió se cerró un rato para que se lucieran los amigos de Circus Deis, quienes sin dudas, la rompieron, interpretando tres temas. Entre ellos un clásico de Charly Garcia, como lo es “Demoliendo Hoteles”.
Luego del pequeño descanso, y con las gargantas un poco gastadas (pero fuertes, siempre fuertes) “Negra” y el enganchado de “La Chica Uruguay” con “Amor clasificado” nos puso a bailar a todos. Porque, ¿qué sería de nosotros sin un poco de cumbia en un día de pura caravana? En este caso, de cuarteto.
Es increíble como la felicidad, a veces, puede estar ahí, al alcance de nuestras manos, pero aún así no nos damos cuenta de que la tenemos tan cerca. Comencé redactando esta crónica mencionando el hecho de que uno puede, sin darse cuenta, chocarse con su mejor versión. Esa noche, pude ver, como todos mostraban sus mejores caras. Sus mejores sonrisas, abrazos, besos, risas. La parte más leal de uno. La que te muestra tal cual sos. La que deja en evidencia tus convicciones, ideales y eso que te hace ser lo que sos: tu esencia. Vos, nadie más que vos. Siendo libre. Siendo vos.
La noche iba llegando a su fin, pero nadie lo notó porque “Tira la gorra” puso a todos de cabeza y nadie se quedó sin bailar ésta última canción. Podemos decir que la primera caravana rompió con las expectativas de todos. Y sí, siempre que La Perra que los Parió toque, va a haber fiesta de sobra. Y, siempre es bueno volver a donde uno es realmente feliz. En este caso, a la música, a los amigos, a la familia. Y siempre, ¡con algo pa’ brindar!
Fotos por Stefy Britoss.