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La Reina rocanrol!

Las redes sociales se inundan diariamente por posteos de usuarios amantes del verano y, como contracara, aquellos que lo aborrecen. Unos tibios como yo, no nos decidimos. Pero en lo que todos concordamos es que, si bien no hay una época fijada para tomarse unas frescas, la temperatura del sábado a la noche estuvo ideal para ello. La cerveza no era lo único que pasaba de mano en mano, viajeros y puchos iban girando también. Igualmente, aunque rondaran los 25 grados, se sentía mucho más; esto es algo que sucede normalmente cada vez que toca De La Gran Piñata. Y, como si fuera poco, se presentaba por primera vez junto a Bersuit Vergarabat. Encima, todo esto sucedería en la famosa Reina. ¿A quién se le ocurrió esa “ideaza”? Y sí, a los masters de Rocanrol del País, que una vez más la clavaron en el ángulo del arco de los rockeros.

Entré temprano, por lo que pude ver como el recinto se iba llenando. A las 2.10 de la mañana, De La Gran Piñata salía al escenario de Flores con “Blanco Fácil”. Los aullidos entusiastas del público se escuchaban a la par de los instrumentos. En “Introspectivo” y “Canción de Cuna” comenzaron a vislumbrarse las primeras lágrimas; pero a ese rejunte un poco triste de sentimientos, lo atropelló “El Postrecito”, tan aclamada por la gente que hasta tiene una cuenta de Twitter donde se publica si sonó o no. El domingo al mediodía, la cuenta tenía una respuesta positiva y a muchos fanas felices.


Como subidos a una montaña rusa emocional, algunos en hombros, otros abrazados sobre el suelo, “De Bar en Peor”, “Sonrisa” y “Anguilita” nos siguieron dando un par de sacudones al alma. Desde lo más profundo de uno, seguían surgiendo cantos fervorosos que no paraban ni en los cambios de canción.

Crecí siendo muy observadora. Todo lo que me rodea tiene una historia, hasta lo más ordinario. Me gusta pensar en esas historias, algunas que quizás ni conozco y mi mente vuela. No puedo dejar esta capacidad de lado, menos en los shows a los que voy y ya sea que esté en el lugar de espectadora, fotógrafa o cronista. Me encuentro mirando a otros sintiendo la música, entendiendo cada letra, hallándose en cada palabra, viviendo cada canción. Y sonrío cuando sonríen y se me retuerza el alma cuando lloran. Porque lo entiendo, porque me pasa a mí también: la música es universal pero a nadie le pega exactamente igual, todos la viven a su manera y entendiendo al otro.

Sin dudas, los que no dejan al margen sus sentimientos son los seguidores de De La Gran Piñata, que viven cada canción en forma propia y lo muestran desde lo más profundo del alma. Y sí, todo esto lo vivencié en el trío musical anterior, al que le siguió “Lunar”. Y reitero lo que me dije antes del show: “Tristeza no te peintes que hoy no entras a La Reina porque aunque te duela, sonríes”, como rezan “Tristeza” y “Los Asuntos del Miedo”.


Para superar este bloque un tanto melanco, a la carga vinieron “Escalofríos” y “La historia de la Mosca y la Araña”, que mantuvo motivadas las almas. Para terminar y que no quede duda de que De La Gran Piñata había tocado allí, cerraron con “Tu Can” y “Residuos”.


En menos de una semana los volveremos a ver tocando en Capital Federal nuevamente, precisamente en La Rural (Palermo). Allí, estarán participando del Tattoo Show, uno de los eventos más importantes en el mundo de los tatuajes.


En el intervalo entre bandas, ninguno se olvidó que estaba en una fiesta. Una gran reunión donde los invitados concordaban que Rocanrol del País se había calzado el traje de DT y armó el mejor partido. Pero lejos de ser una competencia, obvio. Porque de eso se trata la música, vamos todos a la par, todos tirando por el sueño.


Y se encargaron de traer al escenario a esos amigos que quizás no ves muy seguido pero que cuando se reencuentran, parece que no hubiera transcurrido el tiempo. Y que los disfrutas como siempre. Hablo de Bersuit Vergarabat, que habían anunciado su llegada de una forma muy clara y al grito de “Aquí Estamos”. Los saltos no amainaron durante “El baile de la gambeta” ni “Perro Amor Explota”. A veces nos olvidamos, a veces nos descuidamos, a veces nos dejamos llevar por las opiniones de otro sobre nosotros y las interiorizamos; pero a nadie parecía importarle si dejaba de ser decente mientras movía la pelvis con “Danza de los Muertos Pobres”. Le siguieron “Porno Star” y una que vi a muchos cantar con seguridad y a la par de lo rápido que va la letra, “Fisurar”.


El baile continuaba, incluso ya amanecido afuera del teatro y La Bersuit tampoco estaba dispuesta a frenarlo. El clásico e infaltable “El Viejo de Arriba” con “La Bolsa” pisándole los pies, se encargó de ello.


Como en una comparsa, mujeres y hombres movíamos las caderas por igual al ritmo de “Negra Murguera”. Con “Me Voy”, se despedían. Qué mejor que una despedida que termina en festejo, un disfrute que te generan ganas de que llegue la próxima reunión. Es así que, días después, se habla de la fiestaza del sábado en La Reina y nos preguntamos para cuando hay otra Fiesta Rocanrol del País.


Fotos por Meli Pink.

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