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Fiesta en una noche de verano

Fui dos veces en mi vida a ver a Dancing Mood. La primera fue hace mucho tiempo y la segunda es ésta que les paso a contar.


Primero debo decir que tengo la particularidad de dar mi veredicto final, sobre si me gusta una banda o no, después de haberla escuchado en vivo. Resulta que cuando oís un disco se pierden muchos detalles (esos que en un recital quedan expuestos a la escucha de todos), y justa o no la cosa, yo funciono así. Por eso cuando me entere de que tenía que cubrir a Dancing Mood en el Ciudad Cultural Konex me dije 'esta es mi oportunidad para reafirmar o no lo que siento cada vez que sus discos suenan en mi computadora, equipo o celular'.


Veamos que sucedió...


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Primero lo primero; ubiquémonos en tiempo y espacio. Jueves 8 de febrero. Una jornada

agobiante cuya temperatura superó los 36 grados, y con un parador explotado de seguidores que sin parecer importarles demasiado el clima fueron ingresando felices al predio. Cerveza, fernet y agua. Las tres armas que utilizó la gente para combatir el calor mientras se aproximaba la hora del show y que llegó de manera puntual cuando el reloj marcó las 20.30 horas.


Bajo la dirección artística y musical del trompetista y creador de la banda Hugo Lobo, la propuesta que Dancing Mood nos trajo, fue la presentación de On the Good Road, su último disco, aunque también hubo lugar para tocar sus mayores éxitos.


Uno a uno los músicos fueron situándose sobre un escenario que durante noventa minutos no nos dejó sacarle la vista de encima. Había demasiado talento arriba como para cometer este pecado. Ska, reggae, jazz. Vientos, cuerdas, teclados, percusión… bien completita la cosa.


Con un saludo hacia la audiencia por parte de Hugo Lobo, la lista la abrió ”Ska Boss” y los solos instrumentales de cada miembro de la banda mientras pasaban las canciones nos hicieron bailar y aplaudir de principio a fin.

Uno de los momentos más destacados de la noche fue cuando el músico y percusionista Pablo Molina se subió para acompañar en la voz en tres temas de la lista, entre ellas “I just don´t want to be lonely” incluído en el disco Non Stop Volumen 3 de Dancing Mood. Sin embargo la seriedad también se hizo presente: Lobo aprovechó para pedir justicia para Juan Ledesma, el baterista de la banda de punk rock Superuva, quien en la madrugada del pasado domingo fue asesinado en un bar de Quilmes a la salida del recital que habían brindado. Tras esto vinieron los aplausos y la música volvió a invadir el recinto.


El reloj avanzó rapidísimo. Por momentos alguna que otra brisa apareció para calmar un poco el calor y sobrellevar lo que quedaba por delante.

“Shot in the knee”, “Dancing Mood style” fueron de las más bailadas y coreadas. Sin embargo “Police Woman” fue la que se llevó el pogo más fervoroso. Los coros emitidos por los seguidores fueron a su vez aplaudidos por la agrupación en señal de agradecimiento. Incluso hasta hubo un trencito humano que recorrió todo el patio del Konex. Viva señal de la fiesta que se vivió en el lugar.


Sea como sea, Dancing Mood se planta en escena y logra hacerte llegar lo que transmite. Son dueños de contagiarte una energía única.


Para terminar lo que quiero decirte es que si se te da por entrar al portal de Facebook de

la banda, vas a leer 'Todo esto que es Dancing Mood es un caso único dentro de la escena del rock nacional'. Y lo que tal vez te suceda es que no logres entender porque lo dice. Asi que si querés buscarle la explicación a esa descripción, te recomiendo que el próximo 22 de febrero te des una vuelta por el Konex en la nueva fecha que van a brindar. A lo mejor de esa manera logres entenderlo.

Fotos por Flor Berdichevsky.

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