Viejo Farol despidió “Crescendo” en The Roxy!
A las 21.15 del sábado 4 de noviembre los seguidores de Viejo Farol pudieron finalmente disfrutar de la fecha que habían esperado con tantas ansias. El telón se abrió y las luces del escenario se encendieron ante una sala que, llena, aguardaba impaciente. De a poco los músicos se ubicaron en sus lugares y cuando se reencontraron con su público, lo primero que hicieron fue pedirles que acompañaran con sus palmas a “Te aviso”, el primer tema de la noche.
Y ahí estaban ellos, Federico Larocca (Voz y guitarra), Yamil Allevato (Guitarra y coros), Marcelo Medvedocky (Bajo y coros), Rodrigo Canales (Batería y percusión), y Daniel González (Saxo tenor-alto y Armónica), despidiendo su ultimo disco Crescendo, ese que según palabras del cantante 'tantas alegrías les dio en este último tiempo'. No olvidemos mencionar también a Martín Rodríguez (teclado).
La velada transcurrió entre canciones viejas y actuales. Estuvieron las que intentan transmitir un mensaje en particular como “No se preocupen”, que te dice que si tomaste no manejes, y la cantan con una pantalla que aparece detrás de ellos, proyectando las imágenes de las tristes estadísticas en accidentes automovilísticos que tenemos en nuestro país. Estuvieron las emotivas como “En la piel“ dedicada a un abuelo que hoy ya no está. Y no faltaron porsupuesto las que son fiesta, esas que te hacen poguear, aplaudir y bailar, como “Mentirosa” y “Equilibrio”.
Sin embargo, a pesar de todo lo mencionado anteriormente hubo también un lugar para adelantar “Los culpables” y “Libertad”, dos temas del nuevo disco (el tercero de la banda), que dicho sea de paso Viejo Farol comenzará a grabar el próximo 27 de noviembre.
Por último cabe mencionar el cover de Los Abuelos De La Nada “Himno de mi corazón” que hizo corear a todos los presentes. Y por qué no hablar del emotivo momento que se generó cuando el papá del guitarrista se subió a cantar una “chacarera” junto a su hijo. Y algunos otros mas divertidos como en el que la banda le regaló dos cervezas al público, o el infaltable pedido del solo de batería extraordinario de Peter, aclamado en varias ocasiones. Estos sucesos fueron los más sobresalientes del show. Tanto como aquel en el que Fede se bajó del escenario y cantó subido en los brazos de sus seguidores.
Finalmente a tan solo cinco minutos de que el reloj marcara las 23 horas, el telón se cerró y los aplausos le dieron fin a una noche increíble.
Globos, aplausos y risas. Llanto, pogos y abrazos. Euforia, emoción y amor; por sobre todas las cosas mucho amor. Amor repartido desde el escenario hacia el público y desde el público hacia el escenario. Amor puro, sano y verdadero. Así que si me tenes que preguntar como resumiría el show en una sola palabra, te lo describiría de la siguiente forma: Magia.
Foto de archivo por Aye Romano.
