Siempre regalando un universo de emociones
Hace muy poco tiempo leí una frase en Twitter que decía ‘fui siempre militante de la buena fe’ y me sentí tan identificada que lo googleé y el buscador me tiró “Letra de Carcelero de Sueño de Pescado”, fueron necesarios tres temas para hacerme la siguiente pregunta -una vez más- ¿POR QUÉ NADIE ME DIJO QUE ESCUCHE ESTA BANDA ANTES?
Así, por curiosa y por una frase que me dejó pensando; directo de La Plata al mundo, llegó a mi vida sin pena y con mucha gloria: Sueño de Pescado.
El pasado 7 de octubre la banda sureña llegó por primera vez a un estadio cubierto en la Ciudad de Buenos Aires, este fue nada más y nada menos que el Malvinas Argentinas.
La razón de esta fecha tan imponente fue la presentación oficial de Sangre en tus luces, su último material discográfico, lanzado en formato digital y físico en el mes de septiembre.
Hacía varios meses que Sueño de Pescado no se presentaba de manera oficial y la abstinencia fue tanta que el show del sábado fue esperado con mucha ansiedad y manija de la buena. Digna de esta banda de rock que se instaló en la escena de nuestra música para no irse más -o eso deseamos-. Escoltado por una cuenta regresiva en sus redes sociales, el día tan esperado por la banda -y por nosotros- ¡al fin llegó!
Desde muy temprano el clima se comportó diez puntos. Y los alrededores del Malvinas estaban atestados del cardumen que nunca abandona y menos lo iba a hacer en esta apuesta tan grande. La banda necesitaba de ellos y ellos siempre firmes al pie del cañón. A las 19.30 se abrieron las puertas y de a poco, entre muchas risas y abrazos, el recinto se fue llenando.
La decoración estuvo en el sector de las plateas a cargo de decenas de banderas colgadas -que daban el impacto justo para saber que esa noche no era una noche más, faltaba echar los fideos porque estábamos todos- y dos inflables gigantes con forma de demonios que se inflaron apenas salieron los pibes a la cancha.
Minutos antes de las 22 horas y con “Mil Pasos”, Sueño de Pescado da inicio a la fecha más importante en lo que va de su carrera. La gente explota y más de una veintena de banderas flameaban entre el público. Gente de Uruguay, Salta, Córdoba; zona sur, zona oeste y todo el mundo estaba ahí. Nadie quería perderse esta fiesta.
La lista recorrió toda la discografía y por supuesto sonó de principio a fin Sangre en tus luces.
Los pogos no tardaron en llegar: “Cámara Oculta” tuvo a su cargo uno de los primeros. No sé con precisión cuántas personas éramos esa noche, pero ese lugar temblaba y más que miedo, daba una sensación de placer increíble. No sé si alguna vez se percataron de que existen los pogos y LOS POGOS, bueno, para mí; el gran pogo vino de la mano de “Sombras” y el más ‘organizado’ en masa, donde no hubo persona que no saltara, fue para “Ladran, Sancho!”.
En los tiempos que -lamentablemente- corren te das cuenta que seguís a la banda correcta, cuando no se olvidan jamás de las problemáticas sociales que nos invaden, que nos golpean, por las que luchamos día a día. El sábado 7 de octubre, nosotros estábamos disfrutando del primer Malvinas de Sueño de Pescado, pero ¿dónde estaba Santiago Maldonado? Eso se preguntó Manuel Rodríguez -voz y guitarra-, eso nos preguntamos todos nosotros.
Tampoco faltó el pedido por la liberación de Pato Fontanet, acompañado de una bandera que extendieron sobre el escenario. La gente aplaudió frenéticamente y alzó al cielo también el pedido de justicia.La noche estuvo colmada de invitados tales como: Rodrigo Acosta (La Smith) para hacer “Barcos Hundidos”, Cocucha (La vieja bis) en “Stoned”, Gato Luengo (Gol) para acompañar en “Revancha” -la cual se cantó con una pasión digna de admirar-, Perros de Presa y El Buffo en “Ladran, Sancho!”. También estuvieron Manuel y Fermín de EscaLópez para interpretar “Venganza Primavera”. Y para reventar la noche subió al escenario el legendario Beto Olguín de Los Pérez García para hacer “Mi cielo te dejé”. Como bien dijimos antes, nadie se quería perder esta fiesta, por eso también dijo presente el señor Alejandro Kurz de El Bordo, para gritar bien fuerte ‘¡Fui siempre militante de la buena fue!’
“Los años ligeros” y “Maquinado de sueño” fueron las canciones elegidas por aquellos apasionados que siempre quieren que el canto llegue más alto que el cielo y se suben a los hombros eternamente prestos a contribuir con esto. “Pude” fue una de las canciones que más disfruté. La energía en esa canción fue diferente, la gente la encaró de otra manera. Es difícil de explicar, pero muy fácil de vivir. Si se lo perdieron, la próxima, que ni se les ocurra.
El final había llegado y “Sangre en tus luces” fue la elegida para cerrar la presentación del disco homónimo. Pero no todo terminó ahí. Para el final -el verdadero- se guardaron lo mejor. Así fue como sonó “Todo se va”. Un enorme trapo se desplegó y papeles de colores volaron por todo el estadio. Parecía mentira que la fecha había llegado a su fin. Con apenas cuatro años de carrera, la banda enseñó que los años son solo números y que nada tienen que ver con la calidad de lo que se hace, y el amor por lo que se hace. La noche había terminado y fue simplemente histórica.
Alguien me supo decir hace unos días que Sueño de Pescado no era más que un fenómeno musical y hoy -casi una semana después de haber vivido este show- puedo decir que no creo que así sea. Sueño de Pescado es más bien el claro ejemplo de lucha y tenacidad. Sueño de Pescado no es más ni menos que otra banda. Sueño de Pescado es una banda fácilmente ubicable en el grupito de las pertenecientes a la vieja escuela y eso la hace especial. Porque claro, ¿a quién no le gustaría cerrar un momento los ojos y sentir que está en un recital de los años dorados de nuestro rock? Sueño de Pescado el sábado pasado se paró frente a miles de personas y no les tembló el alma al demostrar lo que son y lo que pueden dar. Sueño de Pescado no es un fenómeno musical, señores. Sueño de Pescado es ante todo y sobre todo: corazón y pura esencia.
Fotos por Mica Ridiero.