DOBY: El exceso que transforma a la luz

El quinteto de capital presentó su último álbum en un show en La Tangente.

La cita estaba lista: sábado 30 de septiembre a la media noche en La Tangente, pleno Palermo, en una fecha que prometía mucha energía, amigos invitados y la presentación de Osorio. Todo estaba listo para el nuevo trabajo de Doby.

Sería pertinente aclarar, antes que nada, que no, Doby no tiene nada que ver con el elfo doméstico. En primer lugar, Dobby el elfo es con doble d, en segundo lugar, claramente Dobby nunca tuvo (o al menos, no públicamente) una banda.

Hablando ahora sí del Doby que importa, les iba a resultar difícil, o al menos desafiante, poder reavivar los ánimos que, quizá por efecto del clima gris y casi deprimente de Buenos Aires, comenzaban a decaer en La Tangente antes de su aparición en escena.

A eso de la una de la mañana, la encargada de abrir la noche fue Iglú, una banda cuyo sonido merecería una nota aparte y será explorada, con unas melodías muy new wave que dejaron el espacio estallado de buenos ánimos. Pero poco a poco estos ánimos fueron decayendo. Llegada las dos de la mañana, ya había varios que se habían rendido y habían decidido sentarse en el suelo, a espera de la banda.

Así, de pronto y sin previo aviso, Doby apareció en escena con una brutalidad que bastó para que la energía se recompusiera rápidamente y que los que estaban sentados decidieran que la mejor opción era pararse para, al menos, menear la cabeza al ritmo de “El Exceso”.

Para los poco familiarizados y con ganas de más, Doby es una banda oriunda de Capital Federal, integrada por Nicolás Martínez Pollitzer (voz y guitarra), el más movedizo en el escenario y cuya expresión, en todo momento, transmitió un disfrute completo; Martín Insúa (voz, guitarra y teclados), cuyo éxtasis extremo se notó en su íntima relación con los teclados, Juan Martín Alonso (bajo y coros), en el fondo, pero no por eso con menos energía y una melena para el retrato; Valentina González Nucci (segundas voces y teclados), la chica empilchada con una pollera y botas metalizadas, quien pasó al frente para un par de canciones y cuya actitud solemne era casi gloriosa, y Rodrigo Sily (batería y percusión), que con ganas le daba al redoblante y no dejaba ni un momento de mover cada músculo del cuerpo con carácter y seguridad.

En el año 2014, el quinteto quedó como semifinalista en el concurso Camino a Abby Road en La Trastienda; en el 2015 presentaron Transforma en El Emergente y en el 2017, finalmente, Osorio conoció la luz del día (o de la noche) en La Tangente, donde Suena Rock Under estuvo presente.

Bajo las luces que simulan ser estrellas del techo de La Tangente, Doby continuó musicalizando la noche con el estilo más brit pop de “A la Luz”, seguido de “Para Aprender”. En todo momento acompañaron dos trompetistas, y a medio show fueron invitadas a escena dos coritas, dejando en claro que es una banda de mucho ritmo, buena onda y buenos amigos.

Doby cuenta con tres (ahora cuatro) trabajos: DOBY (2013), Bajo la Cama (2014), Transforma (2015) y, ahora nuevo y recién salido del horno, Osorio (2017), disco producido en Sanibel, su propio estudio. Cada uno aporta un poco de su propia personalidad, que se reflejan no sólo en la forma de tocar (algunos más histriónicos que otros), sino incluso en detalles menos pertinentes como la vestimenta. Por el resto, la música tiene ingredientes provenientes del rock-pop indie, en una mezcla entre un sinfín de sonidos que corren los caminos desde Cerati hasta The Strokes, con algo de electricidad y un groove calmo, pero consistente.

Las letras de las canciones recorrieron todos los sentimientos: desde una positividad alegre y festiva, hasta la seriedad de los corazones rotos, y todo lo que hay entre medio. A todo momento, el público sacudió las cabezas y siguió el ritmo con movimientos sutiles durante toda la noche; incluso, en varios temas, un grupo animado comenzó a saltar entre el público y acompañó la energía de la banda.

Antes de terminar, Nicolás anunció que repetirían tema simplemente porque podían, volviendo a hacer sonar los compases de “El Exceso” y, aunque podría decirse que estuvo de más, sería una mentira, porque la noche necesitaba la repetición. Quizá el final fue un poco demasiado abrupto, de pronto y con un saludo muy corto, pero efectivo para dejar con ganas de más.

“Luz Perpetua” es una fiesta, la pieza clave para aprender más de este nuevo álbum, seguido por “El exceso” y “Que No Te mate”. Sea cual fuere el orden de las canciones en una playlist, Doby debería estar presente en todas.