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Linda y bohemia forma de conocerlos

Desde que entré al mundo del under y más precisamente al mundo que me permite transmitir mediante algunas palabras cómo se vivió una fecha, estuve esperando este momento. ¿Cuál? Este, en el que asisto a un lugar sin conocer nada de una banda y salgo completamente enamorada. Casi una semana después no puedo dejar de comentar lo bien que la pasé y de recomendarla a todo el mundo. A vos también, escuchá a los pibes de La Resaca Bohemia que no te vas a arrepentir.


El pasado viernes 15 de septiembre el clima estaba ideal -considerando que el invierno es mi estación favorita- para salir de casa, la semana se había hecho más que larga y había que relajar un poco la mente y sobre todo el cuerpo. Una opción me resultó tentadora y así fue como me mandé al barrio de San Cristóbal donde los pibes de La Resaca Bohemia presentaba de manera oficial su disco Bienvenidos a la realidad.


El flyer decía 21 horas pero como en el mundo del rock si hay algo que no existe es la puntualidad, me tomé mi tiempo y llegué un ratito más tarde. El lugar -Galpón B- se encontraba dividido con pequeñas mesas y sillones que a medida que pasaban los minutos se fueron poblando. Familias, amigos, parejas; grandes y chicos fueron los encargados de darle vida y calor a una de las noches más frías de la semana.


Apenas pasadas las 22 horas, un hombre de aspecto bastante bohemio diría yo, sube al escenario y con unas palabras muy sentidas da por iniciado el show que tanto se estaba haciendo desear.


En el escenario se ubicaban Brian Fernandez Larrain (voz y guitarra), Ezequiel Vázquez (Bajo) y Nicolás Della Torre (Batería) para interpretar el primer tema de la noche "Payasito del rocanrol". Cuando oí la voz de Brian supe dos cosas: la primera fue que hay tanto talento que muchos ignoramos, y la segunda, esa noche la iba a pasar más que demasiado bien.


Como la razón que nos convocaba al lugar era la presentación oficial de su primer material discográfico, Bienvenidos a la realidad, este sonó en su totalidad.

Algo que me llamó bastante la atención y me pareció genial, es que cada canción tenía un video reproduciendose en la pantalla que la acompañaba. Videos un tanto psicodélicos que ni dude en relacionar con Pink Floyd, como para que se den una idea de lo que hablo. La puesta audiovisual sin dudas fue todo un éxito.


Por supuesto que no faltaron los covers y estos fueron de los más acertados: "Vamos las bandas" de Los Redondos, "El resentido" de Buenos Aires Negro, "Avellaneda blues" de Manal y "Melodía de arrabal" de Carlos Gardel.


Así de variada fue la elección de los covers y así de variado fue el show que presencié. Era una interesante mezcla de estilos musicales -tango, blues, jazz- que te transportaban a otros años, a otra época; pero a la vez tenían una frescura propia del tiempo en que vivímos. No puedo dejar de mencionar que la voz de Brian parecía de otro planeta. Retumbaba en todo el recinto y te hacía vibrar.


A lo largo de 2 horas y con una lista que alcanzó las veintiún canciones, La Resaca Bohemia logró fascinarme y dejarme con ganas de mucho más. No sé si fue la gran preparación que (se notaba) tuvo esta fecha al incorporar al repertorio trompeta, saxo, cello o guitarras acústicas; o tal vez fue la gente que terminó agolpada al lado del escenario bailando el más puro rocanrol -contagiando alegría y felicidad sana-, no lo sé, pero no podía parar de mover los pies y pensar en las lindas oportunidades que se nos dan y más lindo aún es saber aprovecharlas.


Tuve un viernes diferente; conocí una banda excelente bancada por un público familiar y respetuoso. Una banda que también se preguntó, ¿dónde está Santiago Maldonado? y una vez más me convencí de que elijo escuchar a las bandas correctas.

Esa noche conocí a unos locos bohemios que con su resacoso rock añejo me trajeron melodías del ayer, a un presente que perdurará en el tiempo.


Y así, una noche de viernes fui víctima de un ataque bohemio; donde esas ganas de escapar de las normas, de romper la rutina y descontracturar mi vida, me llevaron al barrio de San Cristóbal y los conocí. Y hoy, casi una semana despúes me siento en la obligación de recomendarlos, porque el show no tuvo nada que envidiarle a ningún otro show. Porque el amor por lo que hacen se vio sobre el escenario pero se reflejó aún con más fuerza en su público. Y si una completa desconocida y ajena a ese mundo pudo percibir tan fuerte amor, alguna razón habrá... entonces ahí comprendí que estas son las bandas que valen la pena, estas son las bandas que hay que seguir. Hoy, mañana y siempre.



Fotos por Morrison PH

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