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Lo que para algunos es un techo, para ellos, apenas es el suelo


Encontrándose a unos meses de cumplir 10 años de trayectoria en la escena del rock, la banda cordobesa Eruca Sativa, llegó por segunda vez al imponente estadio de Av. Madero y Lavalle. ¿El motivo? La presentación de su quinto y último disco Barro y fauna. Así es como el pasado jueves 22 de junio, más de seis mil almas se dieron cita en el Estadio Luna Park, para vivenciar un show lleno de expectativas y emoción a manos de este power trío que siempre da que hablar.


Contrariamente a lo que se esperaba (al ser el primer día de invierno en este lado del mundo), la noche del 22 nos sorprendió con un clima casi primaveral. Quizás era la temperatura la encargada de vaticinar lo que adentro estábamos por vivir; o tal vez el color rojo (que predominaba en todo el recinto) como señal de la fiereza con la que minutos más tarde, la banda saldría a comerse el escenario.


Apenas unos minutos nos separaban de las 21 horas, cuando las luces dijeron basta para mi, basta para todos. Gritos ensordecedores se alzaron al cielo y casi al unísono los celulares también. Después de seis largos meses de espera, por fin había llegado el momento. Con casi una veintena de fechas en el historial, que los llevo a recorrer lugares tales como Rosario, Mendoza, Cordoba -entre otros- y los llevó a cruzar fronteras para llegar a Uruguay, Chile y Mexico; Barro y Fauna al fin tuvo su tan merecida GRAN presentación en la ciudad de Buenos Aires.


"Intropía", al igual que en el disco, fue la elegida para dar inicio a la setlist que, ademas de contener todo Barro y Fauna, hizo un recorrido entre las canciones más aclamadas por el público. Frente al escenario se levantaba un telón blanco que lo cubría por completo, y una luz roja de fondo ayudaba a dibujar las siluetas de Lula Bertoldi -voz y guitarras- y Brenda Martin -coros y bajo-. Casi sin dar respiro (y luego del riff que ya nos anticipaba la próxima canción), cae el telón, vuelan globos y con un juego de luces impresionante llega "Armas gemelas" con el primer pogo de la noche. Cada salto parecía reafirmar: esta noche 'vamos a ahogarnos de satisfacción'; seguida de "Confundiste", se cerró el primer bloque de las "nuevitas". De esta manera, llega un hermoso tres al hilo que recorrió de un tirón los primeros tres discos de la banda: "Magoo", "El genio de la nada" y "Frío cemento".


Con "Inercia" llega el primer invitado de la noche, Aníbal Kerpel -el encargado de mezclar Barro y fauna- para acompañar en teclados. Seguidamente, llegó el momento del cover que nunca falta, así sonó "Eleanor Rigby" sumando la voz del segundo invitado de la noche, Nicolás Sorin (Octafonic).

Después de casi una década de recorrer caminos juntos no cabe ninguna duda de que Lula, Brenda y Gabriel Pedernera -batería- conformaron una gran familia y si de familia hablamos, no podía faltar en esta gran noche la (tan esperada) aparición de Marilina Bertoldi para hacer "Lo que no ves, no ves".


La lista continuó con "Justo al partir, Japón" -con la participación del guitarrista Hernan Rupolo (Octafonic)- y "Sin la red". Este último sirvió para bajar un poco los decibeles, Gabriel se calza la acústica y deja la batería a manos de Adrián Sosa -productor de Barro y Fauna- y acompañaron también en bajo y teclado Juan Pablo Rufino y Anibal Kerpel, respectivamente. De esta forma se iba promediando la lista con mas de una hora de show y lo mejor aun no había llegado.


Hasta ese entonces las palabras que Lula dirigió al público fueron escasas, pero como bien dije, solo fue hasta ese entonces.

A sabiendas del gran momento que se avecinaba, Lula aprovechó la coyuntura y manifestó 'Este show es muy importante para nosotros, no solamente por estar presentando Barro y Fauna, sino porque queremos compartir la música para ustedes y para nosotros, con grandes amigos, con grandes personas y con grandes músicos. La vida nos dio la suerte de conocer a una persona que no solo nos cambio la forma de hacer música, sino que también hizo que hagamos música en un momento de nuestras vidas. Hoy decidimos hacer un homenaje a esas canciones que nos marcaron tanto, queremos invitar a nuestro escenario, que hoy también es suyo, al señor David Lebón.' La ovación fue absoluta y me quedo corta.

Así fue como sucedió: David Lebón, una leyenda viviente del rock nacional estaba parado frente a estas seis mil personas, uniendo y atravesando generaciones durante dos temas enteritos. Sí, dos. "Noche de perros" y "Seminare". En esta última, de repente eramos todos cantantes. Miles de personas que no conocían de entonación, pero sí mucho de pasión hicieron de este momento algo único. "Seruca" fue todo un éxito.


Luego de esta caricia al alma a todo rockero de ley, llegan los clásicos que no podían faltar: "Paraíso en retro" -vuelve a explotar el Luna-, "Fuera o más allá", "El balcón" y "Antes que vuelva a caer", formaron esta seguidilla clasiquera. Y como emulando a una montaña rusa esta setlist (tal como habíamos anticipado) subía y bajaba, iba de un lado a otro recorriendo toda la discografía. Así es como llegó el turno de "Pulso" y "Haku Malvin": "El visitante" y con ésta el segundo pico de la noche (a mi entender) en cuanto a gratas sorpresas se refiere.

¿Por qué? Bueno, porque daba la impresión de que si cerrabas los ojos era como si estuvieras escuchando el tema desde el mismísimo CD. Esto se logró gracias a la participación de Tavo Cortés (Sig Ragga), tomando su posición en la canción al igual que lo hizo en el disco y todo el coro -dirigido por Fernanda Martinez Mina- estaba allí presente; integrado de la siguiente manera: Laura Ana, Mariana Bianchini (Panza, Pájaro de Fuego), Barbi Recanati (Utopians), Ignacia Echeverri, Julian Baglietto (Huevo), Larro Carballido (Mas Que Uno), Luciano Farelli (PartePlaneta), Luciano Villacé (Bigger), Luciana Segovia (Cirse), Nicolas Alfieri (Todo Aparenta Normal) y Pato Pacheco.

Una vez más queda demostrado que no hay mejor aguante para una banda que el apoyo de otra. Hoy le toca a Eruca Sativa estar en la cima de la montaña y porque saben lo que es lucharla, ahí estaban, dando una mano enorme a estas increíbles bandas emergentes del under nacional. Fue una puesta excepcional y el resultado lo fue más aún.


Entrando en la recta final -últimas diez canciones- suena "Cuánto costará". Y deja vía libre para la última gran sorpresa de la noche, sube al escenario el flamante último ganador de nada más ni nada menos que el Premio Gardel de oro, el señor Abel Pintos; que los acompañó en "Somos polvo" y "Amor ausente", donde se pudo observar una gran muralla humana, agitando y cantando con el sentimiento a flor de piel, subida a esos hombros amigos siempre tan bienvenidos en el mundo de la música y los recitales.


Para cortar un poco con tanta dulzura llega "Abrepuertas" y la gente se hacinó frente al escenario. La potencia en la voz de Lula es algo que me sorprendió durante toda la velada. Siendo ésta la primera vez que presenciaba un show de la banda, estaba realmente fascinada. En esta última canción, más que en otras, su voz parecía perforarte los oídos y la piel de gallina no se hacía esperar. En la siguiente canción "Tarará" se armó el pogo más grande de la noche y es así como me atrevo a decir que este tema, el día de mañana, se va a transformar en un clásico. Digo, no sé, de pronto, me parece.

Ahora sí, la setlist se cerró con "Para nadie", "Agujas" -con una batería a cargo de Gaby que parecía tener vida propia-; "Queloquepasa" y un falso final de la mano de "Nada salvaje".

Se tenían guardado un as bajo la manga (por suerte) y ahora sí, había llegado el verdadero final con "Para que sigamos siendo", la elegida para dar cierre a esta fecha llena de emociones.

En una versión acústica y con la sensación de estar en un íntimo (sí, a pesar de las seis mil personas), la noche con la que soñamos tantos meses estaba frente a nuestros ojos y lo que parecía eterno se volvió efímero sin darnos cuenta. Y el momento por el que esperamos tantos meses se escurría entre las voces, voces que en ese momento se oyeron más fuerte que cualquier dolor. Y fuimos fuego que no pudieron apagar, fuimos para que sigan siendo, fuimos para que ellos sigan existiendo. Esa noche y para siempre.


Barro y Fauna, llegó al Estadio Luna Park como el gran ganador de los Premio Gardel 2017 a Mejor álbum de rock y a Producción del Año. Tenía que hacerle frente y respaldar semejante distinción, y una vez concluido el show, puedo asegurar que los Premio Gardel se quedaron cortísimos en el reconocimiento. Salud y ¡larga vida al rock!

Fotos por Manuel Rodriguez Velo y Sancho Zho

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