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#NSNenBeatflow fue un TEMAZO

Casi dos meses pasaron desde aquel 24 de abril, en que No Somos Nada anunció que el 17 de Junio, iba a estar presentándose en Beatflow (Palermo). Casi dos meses durante los que sus redes sociales no dejaron de anticipar la fiesta a la que estábamos invitados. Casi dos meses yo no voy a dejar pasar, se los anuncio ya: #NSNenBeatflow fue lo máximo.

Igual sigan leyendo, intentaré llegarle cerquita de sus talones.


Aunque teníamos nuestra propia estufa de bolsillo y la euforia a prueba de escarcha, fue una gran decisión llamar a Toskano, para que suba la temperatura de esa fría noche y nos aclimate una vez adentro del recinto. No había tenido la oportunidad de verlos en vivo y sin dudarlo me gustaría hacerlo otra vez. Llevaron muchos seguidores con ánimo de agite, que devolvían la energía que emanaba de arriba del escenario. La rompieron. ¿Datazo? Hace pocos días salió a la luz “Ruta Libertad”, el primer corte del primer CD que se viene del conjunto, titulado “Inquietud”. ¿Datazo número 2? En los días y meses que se nos vienen, pasito a pasito, irán lanzando el resto de los temas. Lo que expusieron sonó excelente y dejó bien calentitos los tablones para los anfitriones.


A pocos minutos de que se hagan las 22hs, una voz en off anunciaba “Soy (soy) un accidente, un azar (un azar), un CAOS…”. Y a eso dio lugar: al más increíble caos de la mano de “Soy”, décimo tema de “Un Poco Más Humano”. Las cortinas se abrieron de par en par y salió a la cancha el equipo titular de No Somos Nada, a dejarlo todo. Quiero contarles que, en el final de la canción, me perdí mirando a mi alrededor. Esa cancha estaba llena. No Somos Nada lo hizo de nuevo.

Me restituyó a la realidad la batería de Mateo Matarazzi, trayendo “Maté” al galope y luego “Somnolencia”, cantada por Claudio Sobrero, el señor del bajo y coros. Se hacía notable lo bien que les sienta a estos pibes llevar en el alma esta pasión.


El cuarto tema de la noche es uno de los más populares, “Solo Adiós”, el cual hace poco se

hizo sonar en la radio Pop 101.5, inflando varios corazones de orgullo. Al finalizar, este simple adiós también nos encanta, porque da paso a “Con Los Pies Mojados” con el primer invitado al fiestón, el amigo de la casa Luciano Perrone, quien integró NSN y actualmente forma parte del grupo musical Puras Macanas. Protegida por el bombo legüero de Fernando “Pichi” Bolinauri (percusión), esta es una de las letras que claramente exponen el lado más humano de la banda. Se plasma (aunque crudamente) a la perfección como se vive en los barrios precarios, precisamente cuando hay sudestada: colchón inundado junto a otras pertenencias inundadas porque la casa está inundada… mas no los sueños inundados, mas no lamentarse por lo perdido sino levantarse a recuperar aquello por lo que tanto y tan duro se trabajó.


Seguidamente, se llama al escenario a Bruno Perassolo, cantante de la banda amiga Cuesta Arriva. A medida que Claudio comienza a entonar “Siento”, tema de su autoría, aparece tímidamente un cartel de “TEMAZO” que se desenfrena al mismo tiempo que el bajista grita “¡ahora me juego mi sentir!”.

Para el deleite del público que, por las caras, claramente no lo esperaba, Luciano Torrisi (guitarra) es el encargado de ponerle voz a su creación nombrada “La Intranquilidad”. Le es seguido “Ánimo”, el track oculto del segundo disco de la banda (los veo yendo al tema 12, esperar unos segundos desde que finaliza y dejarse sorprender por esos tan característicos vientos que integran la banda). “Creyendo y soñando sólo así somos lo que queremos… volvamos a ese camino ¡ánimo que podemos!


Y así, animadamente los cuerpos de los presentes hacen más notable el júbilo que los empapa: inconfundiblemente se viene “88°”, conducido por Luis “el Topo” Córdoba con la melodía de su flauta. A lo largo y ancho de esta canción, desde la primera hasta la última palabra, se le hace culto al mate. Sí, lo que leyeron. Ese que Lalo Mir en “El Mate” niega que sea una bebida; pero lo piensa un poco más y dice que en realidad sí es una bebida, pero que no se toma porque se tenga sed, sino por costumbre. No Somos Nada le canta a esta costumbre. Y nosotros le bailamos en ronda. “El mate (…) es el compañerismo hecho momento” dice el poema… así que también lo homenajeamos en un pogo amigo… ese que seamos 2, seamos 3, seamos 10, siempre está presente en los shows de la banda, porque todas sus presentaciones son el compañerismo hecho momento.


“El movimiento tiene que aparecer…” se escucha desde arriba del escenario y el encargado de ponernos a danzar es “Dejarse Llevar”. El cierre del telón indica el fin del primer bloque de la velada y La 2310, seguidores del grupo quilmeño, sale al recreo al

grito del famoso “vengo hace mucho hablando de sueños sin poder explicar este sentimiento… creo cambiar las cosas con esperanza porque para este mundo No Somos Nada…”.


Minutos más tarde, al tiempo que se reabre la cortina, vislumbramos al cantante Marcos Matarazzi, único soldado en el escenario y el delegado para entonar “Perderse”. Luego, a su acústica se suman la de Lucho y el cajón peruano de Pichi. Si bien en cada canción Marcos pone su alma, es manifiesto lo que siente cuando canta “Rumba”, a la que despide anunciando que “Nosotros somos nuestra seguridad. Nadie más”.


El cambiazo en el ambiente con el retorno de los demás miembros confirma lo que se venía gestando en mi cabeza: LITERALMENTE se trajeron toda la sala de ensayo de Bernal a Beatflow, sin escalas. ¿A qué viene esto? Como recién salido del estadio Nuevo Francisco Urbano después de ganar el campeonato, Claudio (con la casaca de C.D. Morón) reaparece en el escenario escoltado por los redoblantes de Mateo y El Topo para seguir engrandeciendo esta fiesta con “Andamos”. Arriba y abajo del escenario se evidenciaba un grupo de amigos que totalmente seguro invocaba “no te caigas, estate siempre al frente, ¡parate! Y empezá a volar…”. Con esperanza, fe y valor, arribamos en “Zamba para Camila”, canción de un muy querido amigo y otro ex NSN, Darío Ruiz.


A continuación, vuelven los saltos y gritos entusiastas al ritmo de “Otro”, del primer disco “Estamos” y cuantos habremos concordado en que, lo mejor que nos podría haber pasado, es haber descubierto que ya no somos los que eramos antes… Cuantos, entre sonrisas, nos habremos reencontrado esa noche en ese lugar, con nosotros y con los otros.

Se viene una seguidilla de tres temas en la que el cartel de “temazo” es alzado nuevamente. ¿Los destinatarios? “Desandando”, junto a Ricardo García Lezama de El Delirio de La Parca y “Rojo” (infaltables canciones y en ese dúo, explosivas). Asombrosamente, sumaron “Gris”, escrito y cantado por Clau y que esperamos que esté entre las pistas del tercer disco de la banda.


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Lo dije en su momento y lo repito otra vez: el mítico cartón marrón de letras negras, pensándolo en frío, debería haber estado en el aire todo el show. Más cuando entre el setlist encontras el trío “Tal Vez”, “Canción para despertar a Joaquín” y “Un Poco Más Humano”. Los invito a escuchar los seis últimos temas mencionados al hilo, van a querer hacer su propio cartel.

Como todo, Beatflow no le pudo escapar al fin. El responsable de que lo vivamos como lo veníamos haciendo, festivamente y cantando nuestras creencias e ideales fue “Ska de los Pibes”, junto a Body de Don Cabot, banda cuyo Roxy va a abrir No Somos Nada, el próximo 1 de Julio (y estate atento porque al pie del cañón allí vamos a estar). El broche de oro lo puso un muy agradecido regalo, “2, 3, 10”.


Hace poco leí para una materia de la facultad, un capítulo del libro “Jirones de Piel” del doctor y filósofo Claudio Martyniuk, acerca de la música y el poder que tiene sobre quien la escucha. Entre las frases que me volaron el bocho, destaco “La música a veces crea mundos en el tiempo”; citando a Debussy, “la música comienza allí donde la palabra es impotente para expresarse; la música se escribe para lo inexpresable”. Isidoro de Sevilla sostenía que “La música mueve los sentimientos y cambia las emociones”. Mi profesor sentenció: “La música araña la divinidad”. Los que me conocen se preguntarán desde cuando yo cito filósofos. Los cito desde que puedo relacionarlos con lo que me rodea.


Calculo que habrán podido notar que soy seguidora de No Somos Nada. Quizás hasta podrán habido notar que estoy embobada. Al por qué y al cómo no les había encontrado respuesta, hasta que leí frases como las escritas con anterioridad. No Somos Nada es esa banda que tiene la posibilidad de hacerte pasar ya sea en una canción de tres minutos, como en un show de hora y pico, por todos los sentimientos habidos y por haber, incluso los que no conocías. Te hacen volar. Cuando los escuchas vivencias un abanico de sensaciones. Y crees que tenes un sin fin de posibilidades de serlo todo, siempre que te lo propongas y salgas a buscarlo. Soñando, pero a condición de que creer que ese sueño va a llegar. Este sueño fue real. Lo que no me canso jamás de destacar es que cada uno de ellos te deja la certeza de que esta banda y su sueño no conocen fronteras. Piensan e imaginan pero hacen que lo que desean, se cumpla. Ánimo que pueden. Ánimo que podemos.


Fotos por Mica Ridiero.

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