Ritmo de Charco desenfrenado
Con mi papá, tuve la oportunidad de ir tres veces al teatro Vorterix por la misma banda. Es por eso que el 27 de mayo de 2017 fue un día de primeras veces. ¿Por qué? Primera vez que veía a Cruzando el Charco y en su primer Vorterix; primera vez que Viejo Farol pisaba el Vorterix; y también, primera vez que iba sin mi papá al Vorterix. Primeras veces que quedarán grabadas en nuestras memorias para siempre (y cada vez que vaya al hashtag Vorterix. Es pegadizo).
Recuerdo ver el anuncio de la fecha y pegar un grito de felicidad. Cruzando el Charco literalmente cruzaba el charquito y venía para Capital Federal, en el marco de su gira “A Mil”. Y también, recuerdo el que pegué semanas después con el aviso de que Viejo Farol iba a ser el encargado de abrir la noche.
Antes de las 20 horas, despega con “El Motor para Adelante” un vuelo que nos haría sentir bien llenos, que nos salvaría las sonrisas. Los últimos segundos de la canción no eran los esperados, porque según me consta, "Back in Black" de ACDC no es un tema que se encuentre entre los discos de Farol. Aunque pareció lo contrario, ya que lo hicieron propio.
Sin contar hasta diez, le sigue “Lo que dejaste” y luego, la batería de Rodrigo Canales introduce “Esperando Caer”, inconfundiblemente acompañada por el bajo de Marcelo Medvedocky. La letra me lleva a pensar que, realmente, habrán sido noches enteras pensando llegar hasta el místico teatro, ubicado en la calle Federico Lacroze.
Al compás de la armónica de Daniel González en la intro de “Que se yo”, los seguidores cantan “y dale daale Vieejo Farool”. Y no sé con qué palabras describir la sonrisa de los músicos. Porque tanto ellos como nosotros, sabemos lo dificultoso que se vuelve seguirle el ruedo a tu banda. Y una vez más, quedó demostrado el aguante del Under y su gente. Esa noche no hubieron excusas, no hubieron impedimentos: virtual o físicamente, por internet o en carne y hueso, estábamos ahí bancando a Viejo Farol. Y ellos lo sabían y se les notaba. Emanaban agradecimiento: tanto a Cruzando el Charco por la oportunidad, como al público y a los farolitos. Emanaban felicidad.
Federico Larocca (voz y guitarra) anuncia que “Por Suerte”, el track 11 de su segundo álbum titulado Crescendo, habla mucho de la familia, de las amistades, de la vida. Con la flauta de Jimena musicalizando la situación, tomamos aire y en ronda abrazamos el cielito de Vorterix, con nuestro baile sin coreografía. Desde el segundo uno de esa noche, vivencié ese “Disfrutar sin entender” al que nos motivan desde hace años.
Aunque Yamil Allevato (Guitarra y coros) haya, entre risas, dedicado “Mentirosa” a “ellas”, déjenme decir que el público femenino no se quedó sin destinárselo a “ellos”, actuando cada parte de la canción. Luego, el guitarrista se encarga de presentar a Mateo Moreno, uno de los fundadores de No Te Va Gustar y productor artístico del tercer proyecto que está cocinando la banda. Haciendo caso a sus dichos, seguimos moviendo las cachas con “Te Aviso”.
El último invitado de la noche es Nahuel Piscitelli, de Cruzando el Charco, con quien interpretan “Cuatro Paredes”. Y realmente creo que en ese momento, en ese lugar, era con convicción el grito al que nos unimos en “¡el placer de estar vivo y sentirme mejor!”.
Me es imposible ser objetiva respecto a lo vivido durante esos ocho temas. Porque, independientemente de la cantidad de minutos que toquen, Viejo Farol es esa banda que logra (y logró) que los bailes y los saltos, dejen de lado el reloj. Como uno mismo, el tiempo vuela. Y te deja con ganas de más. Es por eso que, terminado el show, de mi lado del telón se vivió euforia. Y no dudo de que del otro lado también.
Euforia porque vimos a Viejo Farol, una querida banda de nuestro hermoso Under, arribar a ese mítico escenario. Euforia porque sabemos y con certeza creemos que este vuelo, en altura, sólo puede ir más arriba.
Minutos antes de que empezara la banda anfitriona, abandoné el hall de entrada rumbo al interior del teatro y no podía creer la cantidad de gente que había. A medida que pedía permiso, las luces se apagaban y ya no había más que esperar. Ya estaba acá. El primer Vorterix de Cruzando el Charco. Y para que nos quede claro como iba a ser la noche, sacaron a relucir su artillería pesada de una con “A Mil”, homónima de su cuarto disco.
Los corazones se alborotaron con “Balas de Magia” y “Terminales”. Y aunque “Piel de Cocodrilo” es más calma, el público no puede hacerlo con la voz de Francisco Charco y continúa así con “Laburar” y, junto a los amigos de Jeites, hacen “Conformarse”.
Nahuel Piscitelli cambia de guitarra eléctrica a acústica y se entona la canción dedicada a Lionel Messi, “Zurda de Cristal”, donde todos gritábamos como con uno de sus goles.
El segundo de los invitados en llegar a la fiesta fue el comediante Lucas Lauriente¸ que vino a interpretar “Encontrar”. Contrariamente a lo que dice “Cambiando de Color”, nadie siente que esta función esté por terminar. Ahora, seguimos perdiendo el control con el bajo de Juan Matías Menchón y la guitarra de Nahue mientras dos bailarinas despliegan su arte al ritmo de “Distinta”.
Las visitas esta noche no se acaban y se llama al escenario a Sergio Poli, violinista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Junto a su instrumento, se encargan de embellecer “Un disparo” e “Inmortal”. Esta vez, el cantante se cuelga la guitarra acústica y pisándole los talones a su “y vos sabes que son tremendas hoy mis ganas de ir a verte”, el público lo alcanzó para cantar juntos “Lo nuestro tiene magia”.
Nosotros seguimos viviendo rocanroles de la mano de Cruzando el Charco, con “Volver a Nacer”. No les puedo explicar lo fuerte que canta la audiencia palabra por palabra, con especial énfasis en el estribillo. Tampoco les puedo explicar lo que era estar ahí en ese momento, donde sentías lo que sentía el otro.
¡Dale Charco dame un poco más! Sigue en la lista “Tu nombre”, “Viejo” y “Frente al Río”. Antes de continuar, Nahuel expresa que la música la hacen de corazón. Y eso se percibe, eso se ve. Creo que es una de las pocas explicaciones que le encuentro a que el público los haya seguido y cante con tanta pasión cada letra. Porque desde el escenario, eso contagian.
Nos siguen agasajando con invitados de lujo y llaman a Juanjo Gaspari, guitarrista de Salta La Banca, para participar en “La Tercera en Discordia”. Continúan fascinándonos Matías Perroni e Ignacio Marchesoti, con su performance en la batería y percusión respectivamente.
Desde los tablones se escucha “llega el momento de que a todo charco le pinta la cumbia” y se viene una seguidilla de cuatro temas empapados de ese género, encabezados por “Luna Maleante”. Lo que no quita que se le pueda sumar un cajón peruano y dos guitarras acústicas para que empiece “De un tiempo diferente”, sexto track del cuarto disco de la banda.
Nos siguen preguntando si tenemos ganas de bailar y, los vientos en “Cartagena”, no dejan lugar a nuestra respuesta. Luego, el riff de la guitarra de Nahuel saca sonrisas en toda la pista a sabiendas de que se viene “El Baile”. El público se mueve enchufadísimo como el teclado de Ticky, al ritmo de la cumbia que nació en City Bell.
Sin ganas de despedirse, a todo pulmón, todos y cada uno de los presentes gritan en “A dónde están”, que culmina con la despedida y cierre del telón rojo. Las luces se prenden y nos miramos desconcertados porque nos rehusábamos a que ese fuese el fin. Tanto lo esperamos y ¿ya acabó?
Menos mal que se escucha del más allá una voz que pregunta “¿nos vamos?”. La potente batería indica que de ahí no se iba nadie todavía y da la bienvenida a “Sobra la Esquina”.
Ahora sí, llegando al final de la increíble velada que nos regaló Cruzando el Charco, se ve una vez más el compañerismo en el escenario mientras Fran y Nahuel bailan al ritmo de “Libertad”. Pasos que, cruzando el gran charco, los van a llevar a Europa en formato reducido. En cuanto a nuestro país, la gira “A Mil” tiene como próxima estación Santa Fe, el 24 y 25 de Junio.
Seguiremos haciendo de esta fiesta un ritual.
Fotos por Aye Romano.