Salta la Banca se desenchufó y brilló
Hace un tiempo atrás los muchachos habían hecho su primer #SLBdesenchufado en el mítico Teatro Gran Rex colmado de sus seguidores. Iba a ser el único show desenchufado y los que nos lo habíamos perdido estábamos con un gusto amargo. Pero se dio revancha y el formato acústico volvió.
Este 22 de abril llegó al Teatro Gran Rivadavia una nueva versión de #SLBdesenchufado. Era tiempo de volver a vestirnos todos de gala para poder asistir a una nueva propuesta musical de la banda.
A las 20hs se abrieron las puertas del teatro y, puntualmente cómo se había anunciado, a las 20:20hs salió en escena Salamandra. Banda originaria de Paraguay, que se encuentra en Buenos Aires haciendo una mini gira. Sin saber qué esperar (no entendía todavía en que formato iban a tocar), tomé asiento dentro del teatro y disfrute el show que brindaron. Esta fue la segunda vez que tuve el privilegio de verlos en vivo y me tomo el atrevimiento de aconsejarles que la próxima no se la deben perder, su formato eléctrico en vivo es único.
El show de Salta la Banca estaba programado a las 21hs. Cuando se abrieron las cortinas del escenario, los integrantes de la banda aparecieron haciendo una reverencia al público para luego tomar sus respectivos lugares. La fiesta estaba por comenzar.
“Aventura diurna” fue la encargada para abrir la noche, seguida de “Ilusa ilusión” y “Labios de café”. Tras el enganchado, Santi Aysine (voz) saludó al público anunciando “es una larga lista, a pasarla bien nomás”. Haciendo anuncio a que se está viviendo tiempos jodidos en el país y acompañado de un “por Luciano Arruga” sonó “Él” seguida de “Ellos”. Era el cuarto o quinto tema, pero ya se podía notar cómo la gente se estaba conteniendo de pararse en los asientos a agitar.
Cuando la banda anuncia que se viene una parte complicada, las risas abundan en el recinto y sabemos que “Estigma” es la próxima en la lista. Antes tocaron “Toribio”, entre risas, luego de un repaso de cómo surgió la canción. “La mona aunque se vista de seda…” comentaban arriba del escenario y sabemos que es así: podemos ir bien vestidos a un recital pero SLB siempre es fiel a su estilo.
“Otro domingo”, “Unos versos” (la canción con el único invitado de la noche: León Rogani), “Del árbol” y “Solsticio” fueron las que precedieron a un cover de “Contigo” de Joaquín Sabína, realizado únicamente por Santi Aysine y por Santiago “Pili” Maggi (teclado).
Cuando volvió toda la banda al escenario, comenzaron a sonar unas cumbias de la mano de un “se pudrió todo”. La gente cantaba y agitaba feliz pero bajamos mil revoluciones con el siguiente bloque de canciones encarado por “Yo”, “Soldado”, “Tus iniciales”, “Mea culpa”, “¿Quién dice?” y “Tren al Edén” aunque… Durante esta última canción pasó lo esperable: a mitad del tema la banda agitó y todo el teatro se levantó de sus asientos para cantar. “Dale, dale, dale SLB” fue el cántico que se escuchó por toda la sala y algunos ansiosos comenzaron a gritar “¡Enchufalo!” y “¡Que se pudra!”, sinceramente era lo que todos esperábamos en aquel momento.
Otras cumbias precedieron a “Hay que saber” y, anunciando que el próximo tema era uno que íbamos a querer bailar, la gente se paró para darle paso a “Sueño” con su infaltable “Si esto no es un sueño ¿qué carajo es?”. “Tu entrega” sonó fuerte mientras todos bailábamos resignados a la idea de volver a ocupar nuestros lugares y un bloque de cumbias coronó aquel momento tropical.
“Brújula”, “Que salte la banca” y “Somos” fueron las encargadas de ir cerrando la noche y la idea de irse bailando al ritmo de “Dolores” fue la mejor opción para cerrar una joven noche de sábado.
Una vez terminado el show, tenía un rejunte de emociones en mi interior. Esta banda siempre me deja así y, por sobre todo, me deja pensando. Rescato algo que dijo el cantante antes de tocar QSLB: “Esto es lo que somos, ¿qué se le va a hacer?”. Tienen razón y debo admitir que me siento identificada con eso… Ellos son así. Pueden ir bien vestidos y pueden pedirnos a nosotros que vayamos igual. Pueden tocar en un teatro o pueden volver a los pequeños lugares dónde alguna vez disfrutamos de verlos crecer. Pueden hacer lo que quieran pero su esencia va a seguir siendo la misma, aquella banda de amigos que se supera constantemente a pesar de todo. Aquella banda de amigos que transpiran la camiseta sólo por amor. Por amor a la música.
Esta vez me tocó vivir un desenchufado. Esta vez Salta la Banca se desenchufó y brilló en otro formato, principalmente porque fue un formato descontracturado donde fueron más SLB que nunca. Dónde brilló la magia de la escuela independiente. No sé qué más agregar, fue una noche especial.