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ALMA BOUQUET: La vehemencia hecha show

En diciembre del año pasado salió a la luz El abismo del espejo -último trabajo de estudio de Alma Bouquet-. En enero del corriente año, se anuncia la fecha donde se presentará oficialmente: sábado primero de abril, en The Roxy Live! y recién en febrero se pondrían a la venta las entradas.

Se dan cuenta ¿no?, hace casi CUATRO MESES que venimos esperando este día. Cuatro meses de manija; de nervios, porque se necesitaba que todo salga bien; cuatro meses de ver en las redes sociales como los pibes se comprometían en cada ensayo para que todo salga a la altura de la circunstancia. Cuatro meses esperando este día, y el tan esperado momento ¡al fin llegó!

El pasado sábado primero de abril, ¡Alma Bouquet presentó su último disco de estudio, “El abismo del espejo”, en un Roxy detonado! Y como no podía ser de otra manera -y sí, después de esperar cuatro meses- ahí estuvimos presentes para tomar registro de esta noche inolvidable.

Debo admitir que llegué sobre la hora, esto de la puntualidad no se me da muy bien. Alrededor de las 21 horas, cruzo la puerta y ya estaba sonando “De estanques y banquinas”; no sé por qué no me sorprendió lo que vi apenas entre: el Roxy estaba repleto. Ya no entraba nada ni nadie más. Se veía a lo lejos -cerca del escenario- unas cabecitas que iban de un lado a otro con brazos al mismo ritmo. En el escenario predominaban las luces rojas, el calor que emanaba tanta gente junta, daba la sensación de estar en el mismísimo infierno; y oh sí, ese infierno sí que se veía encantador.


Los siguientes temas que sonaron fueron “Milonga del umbral”, “Tras el telón”, “Cuenta regresiva” y “Preguntas en presente”. Marcos Scarelandi -voz y guitarra- se tomó unos segundos para agradecer al público presente, con una voz casi quebrada por las emociones que seguro tenía atragantadas en ese momento, atinó a decir: ‘Que lindo ver tantas caras nuevas y tantas otras ya conocidas, me quedé sin palabras la concha de la lora; seguimos porque hay que tocar’


Presenta así, al primer invitado de la noche. Con guitarra en mano sube al escenario Luciano Maiorana -amigo/hermano de la banda- quién los acompañó con su gran talento en “Final del juego”, un coverazo de los Foo Fighters: “Arlandria” y “Barro, yuyo, barrio”. Éste último con un solo de batería al final que nos voló la peluca; por supuesto a manos del mismísimo Pablo Calvagno.


Mención especial a La 45 -así se autodenominan los fieles seguidores de la banda- que no dejaban de agitar ni un segundo. También era la noche de ellos y habían esperado muchísimo para poder vivir este gran sueño, este gran momento.


Ya promediando la noche llegó el momento más esperado -por muchos- de la fecha. Marcos se quedó prácticamente solo en medio del escenario y comenzaron a sonar los primeros acordes de “Las piernas del tiempo”. Gente llorando, parejas besándose, amigos abrazados y otros tantos mandando audios para aquellos desdichados que no pudieron asistir. Fue un momento super emotivo e íntimo. Sin dar mucho margen a secarse las lágrimas suena al hilo “Datmi” y todos los allí presentes con los sentimientos a flor de piel. Realmente emotivo, perdón la repetición, pero otra palabra no le haría honor a lo vivido en ese momento.


Guillermo Torres -guitarra y voz- agradece a la gente por hacer esta noche posible: ‘Ponemos todo el cuerpo en esto, en hacer lo que nos llena. Después de cumplir con nuestras obligaciones, llegan los ensayos; poner guita para alquilar la sala, para grabar el disco. Todo tiene sentido gracias a ustedes, gracias por aguantarnos y por valorar lo que hacemos porque la verdad es que es muy jodido’ y presenta al segundo invitado de la noche, su profesor de guitarra: Ricardo Verdirame.

Sí así como lo leen. Cuando lo vi sobre el escenario no lo podía creer. Guitarrista de excelencia y así quedó demostrado en “Lupita”. Lo que fue ese espectáculo, señores. Tres guitarras arriba del escenario, abajo la gente con lentes que iluminaban el recinto. Chicos y chicas subidos a esos hombros que siempre están dispuestos a hacer el aguante. Fue momento de fiesta, ¡mucha fiesta!


Llegando casi al final de la lista, suena “De abrazos inconclusos”. Y se dio lugar al último invitado de la noche; partícipe de lo que fue la producción de El abismo del espejo, compañero de la banda y bajista de De la gran piñata. Sube al escenario -entre aplausos y cantito piñatero- el señor Nicolás Persig, para hacer “Santos”.


Marcos otra vez se dirige a su público para contextualizar la próxima canción. Y nos dice ‘Hace un año y medio que nos volvió a gobernar la derecha, dense cuenta que la derecha no quiere nada positivo para los laburantes. No crean lo que les vende la tele, lo que les dicen los diarios. Salgan a la calle y pregunten a los laburantes si estamos bien, si estamos mal o cómo mierda estamos. Cuidado con la derecha, viejo’ y sin más preámbulos arranca “Noche de brujas”.


Ahora sí, los encargados de cerrar semejante lista fueron: “Apóstoles ateos”, “Específico” y “Corceles”, este último dueño de el mayor agite. Marcos volvió a agradecer a todos por hacer de esa noche algo mágico. Un sueño cumplido. Aclara que La 45 es una sola y que nos cuidemos entre todos hasta llegar a casa. Y muy sueltito de cuerpo nos tira un '¿están para una Gjirafiesta en junio?'. ¡Ay mamá! Imagino a Alma en un Flores explotado y ya siento esa trompada de sentimientos directo en mi estómago. Finalmente y muy conmovido por la noche que estaban viviendo anuncia la última canción -la elegida para cerrar tan maravillosa noche- “Lazarillo”.


Hace poco tuve el agrado de hacerle una entrevista a Mauro Memmo -bajista- y le pregunté qué temas lo conmovían más y su respuesta fue ‘Lazarillo, porque me parece un tema muy fuerte’. Traigo esto a colación porque hace rato no veía llorar a alguien como Memmo lloró en esa canción. Se me puso la piel de gallina y me quedé pensando: qué loco y emocionante debe ser estar parado frente a tanta gente, haciendo lo que te gusta y que encima lo disfruten tanto.


Lo movilizante que debe ser estar tocando un día para la familia y un par de amigos, y al otro para decenas de personas que ni conoces; personas que pagan una entrada por verte, que corean tus canciones, que se tatúan tus canciones. Personas que salen corriendo del trabajo para poder llegar, personas que viajan más de cinco horas para poder deleitarse con lo que vos haces.


¿Acaso será esto lo que llaman la felicidad simple? ¿Será este el motor para dar la vida por los sueños? ¿Qué cosas se les cruzará por la cabeza a los chicos de la banda cuando están parados frente a estas personas? No lo sé. Pero lo que sí deseo es que ojalá no lo dejen de hacer nunca.


No dejen descansar esas ideas locas que se abrazan; nútranse constantemente de convicciones y risas; que desde acá abajo los vamos a apoyar, nosotros, unos cuantos corazones contentos que por ustedes brilla.


Nada que criticar y una sola cosa por recomendar para los que no fueron: NO SE PIERDAN NUNCA MÁS UNA FECHA DE ESTA MAGNITUD.


Felicidades a los amigos de Alma Bouquet y vamos por muchos éxitos más.


Fotos por Mica Ridiero.

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