Una Groovestock diferente; más que diferente, desenfrenadísima
El pasado 10 de marzo se llevó a cabo mi fiesta rockera favorita, la Groovestock!
El escenario del ya conocido y queridísimo Gregón Bar, contuvo a los responsables de vivir una auténtica fiesta: Inmerso, El Buscador y Viejo Farol fueron los encargados de hacer vibrar al público, al viernes y, ¡a todo marzo!
Sí, así de bueno estuvo este fiestón.
Los elegidos para abrir la noche fueron los amigos de Viejo Farol. A pura fiesta y baile con canciones tales como “Lo que dejaste”, “Que se yo”, “Esperando caer”, “El motor para adelante”, “Te aviso”, “Equilibrio”, “Cuatro paredes” y “Desilusión” con un solo de saxo y pogo -en este último tema- que no se pueden explicar. También hubo lugar para las lágrimas como nos tienen acostumbrados con “En la piel”. Fue cortito el paso de Viejo Farol por ésta Groovestock pero no por eso menos emotiva. La gente, coreo, pogueó, salto y lloró. Farol es fiesta donde sea que estén, toquen tres horas o veinte minutos y por supuesto esta no fue la excepción. Anunciaron fecha para el 7 de abril en Vuela el pez así que ahí estaremos haciendo el aguante también.
La siguiente banda fue El Buscador. No sabía cómo encarar esta parte de la crónica así que decidí ser simplemente sincera. No conocía la banda, no conocía ningún tema HASTA ESA NOCHE. Como uno no nace sabiendo y conociendo todo -por suerte- me permití conocerla en vivo y me encantó. El Buscador es una banda oriunda del barrio de Villa Pueyrredón, y formada en 2010. Tienen dos discos de estudio “En la eternidad” (2012) y “Creer” (2014) que pueden encontrar tanto en Youtube, como en Spotify. Dense la oportunidad de conocerlos si aún no lo hicieron y no se pierdan un vivo de ellos porque realmente ¡la explotan!
Siendo las dos en punto, llega el turno de ellos. La frutillita del postre. Inmerso.
Este 2017 se vino cargado de cosas lindas para los amigos de Inmerso. Desde una mini gira por el norte argentino -recorriendo las provincias de Jujuy, Salta y Tucumán- hasta el lanzamiento de su nuevo EP “Desenfreno”.
Tuve la suerte de ver varias veces en vivo a los chicos de Inmerso y por eso puedo afirmar que esta noche fue única. Fue especial.
Arrancaron con todo; el tema encargado de dar inicio a la lista fue “Ciruja” y el público enloqueció. La última fecha de los chicos había sido en Beatflow el 19 de noviembre, casi cuatro meses sin escucharlos en formato eléctrico. La euforia se justificaba sola.
La lista continuó con “Amore”, “Lo mejor del mundo”, “En la piel” y “Tierra y libertad”. Los inmerseros -seguidores de la banda- y el público que se fue sumando durante toda la noche, estaban como locos. Entre cantitos y aplausos constantes, el clima era simplemente ideal. Se armó una verdadera fiesta.
Llegó el turno de uno de los temas más esperados “Desenfreno” y Álvaro, voz y guitarra; invitó a Matías Landolfi -cantante de 9 Menos Cuarto- a subir al escenario para acompañarlo. La gente explotó, volaron papelitos y globos por todo Gregón. Fue el momento, también, de Agustín “Cuchu” Reydó (guitarra) y un solo que nos voló la peluca y que hizo que el mismísimo señor Lando se arrodillara ante él. Aplausos, gritos y más aplausos.
Para promediar la lista se echó un manto de tranquilidad en el recinto y sonó “Besarte otra vez” con Ezequiel Poli -batería- a cargo del micrófono. Bravo Poli, ¡un crack como siempre!
Ovación para él y sin darnos respiro casi, suena “Un cielo de dos”. Vuelve a explotar la gente con “Derrapo”, “Selva de papel” y más aún con “Evidencia”. Evidencia a mi entender se llevó todas las flores; de repente mirabas para un costado y había chicos y chicas subidos, agitando, cantando a los gritos, siendo felices. Sí, siendo felices en un recital; rodeados de amigos y de la música que los mueve y sobre todo, los une.
Para cerrar la lista eligieron dos temones: “De marfil” y “La palabra libertad” -inserte aquí cartel de 'TEMAZO'- . No fue para nada una noche de verano pero entre la gente se vivía un calor infernal. En todas las canciones hubo pogos, en todas las canciones hubo abrazos. Gente que solía mirar de un costado decidió meterse, cantar y gritar como si no hubiera un mañana. Inmerso y el público allí presente fueron fiesta de principio a fin.
Se nota que los aires norteños les sentaron muy bien y están recargados de energías y ganas para el enorme año que se viene; siempre de la mano de su público y ¡MÁS DESENFRENADOS QUE NUNCA!
