Cuesta Arriva: algo habrán hecho bien
Sábado 4 de marzo, pleno barrio de Palermo. Siete de la tarde y yo ya estaba en la puerta de The Roxy Live! a la espera de la gran noche que Cuesta Arriva me había prometido. Esta vez lo tomé más que personal. Hace bastante tiempo que quería ver en vivo a esta banda y, ¿qué mejor momento para hacerlo que en la fecha más importante de su carrera?
Mientras esperaba afuera, el mismo Bruno Perassolo (voz), se asomó a la puerta para chequear que el nombre de la banda se haya escrito con V y no con B. Así de impacientes y ansiosos estaban, era una fecha importantísima y no podían dejar ningún detalle librado al azar.
El clima estaba más agradable que nunca; la gente se iba sumando de a poco pero sin pausa.
Fisurado y paranoico con mi sombra persecuta, la banda oriunda de Junín, fue la elegida por los chicos de Cuesta Arriva para darle vida a tan emblemático escenario del rock. Con Matías "Pitu" Camarero, en la voz; Emiliano González, teclados; Matías Bettinelli, en batería; Leandro Aispuru y Gabriel Di Sábato, en guitarras; Martín "Chiquito" Rocha, percusión; Matias Garavaglia, en bajo y Pablo Marin en trombón; la banda se encargó de ponerle rock y muy buena onda a esta noche que recién empezaba.
Quince minutos pasadas las veintiún horas, se abre el telón y a todo ritmo con “Preguntame” sale al escenario la protagonista de la noche: CUESTA ARRIVA, en este fechon al que bautizaron como #SuperRoxyCVA.
Y sí, era super en todos los sentidos. Más que nada en emociones y expectativas. No era la primera vez que pisaban este escenario, pero sí fue la primera como únicos protagonistas, era fecha propia. ¡Al fin!
Con Bruno Perassolo, voz; Pablo Gozálvez, guitarra; Gonzalo Cervantes, en bajo; Ramiro Marini, en guitarra; Matías Vettorazzi, en percusión; Juan Ignacio “Nacho” Provera, saxo/armónicas; Daniel Moras, en batería y Franco Vettorazzi en teclados; la lista continuó con “Boomerang”, “Domselaar”, “Marinero”, “Letras chinas”, “Tan distinto”, “A verte” y “Viceversa”.
¡El lugar estaba explotado! No entraba un alfiler y la gente no dejaba de cantar, aplaudir y arengar. Arriba del escenario no era muy diferente el panorama, los músicos no daban más de felicidad, Pablito no dejaba de agradecer a todos los presentes por estar ahí y por estar siempre.
Llegó el turno de “El futuro del pasado”, “Antes del sol”, “Pagando”, “Mejor que ayer”, “Grullas”, “Atnapirus” y “En su nombre”. La fiesta no cesaba en ningún momento, los seguidores de siempre y los nuevos estaban disfrutando de esta fecha que bien sabían era la apuesta más grande de la banda quilmeña.
Casi 8 años de carrera fueron más que suficientes para soñar con una noche como esta. De sueño pasó a proyecto, de proyecto a sueño cumplido y sin darnos cuenta estábamos formando parte de él, del fruto que dieron estos casi 8 años de esfuerzo, compromiso y constancia por parte de los pibes. Nosotros abajo del escenario regalándoles admiración y ellos nos agradecieron de la forma que mejor les sale, con música; es así como en la lista no faltaron covers tales como “Mariposa pontiac”, y “Muevelo”. La terrible lista concluyó de la siguiente manera: “Dale que va”, “De regreso”, “Ojos cafe”, “Relato del fugitivo”, “Murguita de estación” y como broche de oro a puro rock sonó “Rockanrolen”
Bruno dirigió unas palabras hacia su público y en ellas dejó bien en claro las de Caín que tuvieron que atravesar y ni así se dejaron vencer. “Tocamos en bares sin gente, con goteras en los techos, nos robaron instrumentos, casi se electrocuta el bajista, se cortaba la luz en la sala de ensayo; el trayecto es largo y hoy gracias a ustedes estamos acá. Supongo que en estos 8 años habremos hecho algo bien ¿no?”.
Como me lo había tomado personal, esa pregunta la voy a contestar yo. Me -nos- prometieron una noche única, un show especial y así lo hicieron. ¡Gracias! Así que mi respuesta es sí, hicieron algo bien, pusieron corazón y vida en este proyecto que hoy a base de sacrificio y perseverancia ES UN HECHO. ¡Hecho que disfrutamos todos! Nada más y nada menos ¿les parece poco? Sé que no.
Fotos por Mica Ridiero.