Josefita demostró que tiene baile para rato
La banda oriunda de Villa Lugano llegó al Roxy para seguir presentando su último material, en la que fue una noche a pura emoción y energía.
Las veredas de Palermo, entre mesas de bares y turistas, recibían a jóvenes que llegaban para vivir una noche a pura fiesta. La lluvia que durante gran parte del día azotó la ciudad fue desapareciendo.
Tejótate fue la banda encargada de calentar la pista. En esta oportunidad se presentaron en formato acústico con canciones propias y covers. Los primeros espectadores que llegaron al lugar, de a poco, fueron acercándose cada vez más al escenario cautivados por las dulces melodías de la banda.
Los primeros globos de la noche volaron por el recinto mientras el lugar comenzaba a llenarse. A las 20:51 se abrió el telón y Josefita, Agustín Cerrizuela en voz, Emmanuel “Chucky” Torcisi en percusión, Pablo Capo en guitarra, Santiago Vilas en teclado, Fernando Cerrizuela en guitarra y Agustín Caropresi en batería, dio inicio a una fiesta que, entre baile y pogo, perduró casi dos horas.
La velada empezó con “Ya estoy saliendo” y luego de los cálidos aplausos de bienvenida, continuaron con “Seguir Buscándose”, ambas de “Baile Para Rato”. “Angelitos de Rutina” le dejaría paso a “Donde puedo Aterrizar”. Desde abajo del escenario las voces coreaban “Y dale, dale Josefita”
“Qué lindo volver a verlos” comentó y sonrió Agustín para luego seguir con “Soledad” mientras acercaba su micrófono para que la gente gritara con todas sus fuerzas. Fernando cambió su guitarra eléctrica por una acústica y fue el turno de “Con los ojos cerrados”.
Una fuerte apuesta audiovisual con pantalla y luces le daba un marco ideal a la fiesta que se vivía en el Roxy. La guitarra eléctrica regresó y el show continuó con “Sueño campeón”. Dos piñatas y un puñado de globos aparecieron, al tiempo que desde el escenario sonaba “No consigo”, para quedarse por varios minutos y darle aún más color festivo a lo que se vivía en el recinto. Detrás, casi pegada llegó “La distancia”.
“Por ser parte de nosotros, queremos regalarles esta canción” anunció Agustín y empezaron los primeros acordes de “Mientras haya una Canción”. A su término, tomó nuevamente el micrófono para agradecer a los presentes que llegaron al lugar con útiles escolares que luego fueron donados. Tras la breve pausa, la gente, algunos cerveza en mano, otros agitando en el pogo, disfrutaron de “No Tan Perdido”.
Promediando la noche, Agustín se acercó a la valla para agarrar el celular de un seguidor de la banda y filmar un video mientras la gente no paraba de cantar “Y dale, dale Josefita”, que terminó entre risas y aplausos por parte de la gente y los músicos. El charango le dio vida a la bella canción “A esta vida” que fue precedida por “Hoy es el día”.
Se acercaba el tramo final de la noche pero antes se vivió uno de los momentos más distintivos de la noche cuando Agustín se subió a la valla para cantar junto a su gente “Morocha de mi Lugano” que luego le dejaría paso a “Hace Mucho” y “Dónde”.
“Todos tus colores” hizo enardecer a la audiencia que no paraba de bailar y saltar. Con el fin de continuar con esa misma energía, siguió “Salgamos todos a las calles” en un Roxy colmado de globos. Le llegaría el turno a “Amanece” con su gente sentada al inicio de la canción, ya un ritual, para luego fundirse en éxtasis y desplegar una bandera con el nombre de la banda.
“Gracias por la noche que nos están regalando” concluyó Agustín. Se despidieron con “Volver a creer”, demostraron la alegría que contagian y la conexión que hay entre la banda y su público.
Fotos por Mica Ridiero.
